El pasado fin de semana tuvimos la oportunidad de disfrutar de unos días muy buenos en Trujillo y Guadalupe, acompañando a la Hospitalidad de Lourdes de la Diócesis de Madrid en una Convivencia Campera muy divertida. Fuimos en total más de 130 personas, un grupo muy numeroso en el que nos encontramos jóvenes de todo Madrid.
La cuadrilla salió de Madrid a las 16h el viernes, rumbo a la primera parada en Torrejón El Rubio, en el corazón del Parque Nacional de Monfragüe, donde pernoctamos en un albergue muy grande y cuidado.Las cocineras tuvieron una mano estupenda para la cena, nos recibieron con un abundante buffet que no olvidaremos.
Al día siguiente, tras un contundente desayuno, temprano salimos para Trujillo, donde nos recibió la concejala de Cultura y Fiestas, quien nos acompañó a San Martin y al Castillo. Una guía especializada en Trujillo estuvo con nuestro grupo todo el camino contándonos anécdotas, historias y leyendas de Trujillo.
A almorzar fuimos al campo a una finca en pleno corazón del Parque Nacional, donde tuvimos tiempo para comer, reír, cantar, rezar y compartir muy buenos momentos. Durante todo el día, tuvimos oportunidad de probar guisos como un Cocido en Blanco extremeño, unas Papas con Chocos Portuguesas y un estupendo Arroz andaluz de Marisco.
Durante todo el día pudimos pasear por la finca, ver muchos animales y disfrutar de unos paisajes impresionantes.
Además, el colofón fue unas migas con huevos fritos, ya entrada la noche, y un grupo de música flamenca que nos hizo baila rumbas y sevillanas, y otras canciones de fiesta española tradicional, que puso punto y seguido al sábado.
El tiempo no pudo acompañar mejor, poniendo de su parte para que hiciera un día primaveral muy bueno, que dejó a la vista en ese punto del Parque Nacional un impresionante manto de estrellas sin igual. Parecía que estábamos en el día de las Lágrimas de San Lorenzo! Aquellos más observadores pudieron ver varias estrellas fugaces antes de subir al autobús.
El domingo bien temprano nos levantamos para ir a Guadalupe, final de nuestro viaje, donde la comunidad franciscana que custodia a la Virgen de Guadalupe, Patrona de las Españas y de los Misioneros, nos dio una cálida bienvenida.
Allí, a las plantas de la virgen morena celebramos una eucaristía muy emotiva, y tuvimos la oportunidad de visitarla en su camarín, donde nos giraron a la virgen para nosotros.
Por último, en Guadalupe, nos ofrecieron un estupendo almuerzo en la Hospedería del Monasterio-Parador, que nos sirvió de despedida.
Con muy buenos momentos en nuestro recuerdo, ya pensamos en irnos de viaje a Mohernando, el próximo fin de semana del 11 y 12 de abril. Allí, una Finca reconvertida en Granja Escuela nos espera para aprender las labores de cultivo y crianza de animales, entre otras aventuras y talleres.